Mujer, 19 años, desde Chile:
Desde hace 3 o 4 años me suda el cuerpo en general en exceso.
A veces sin siquiera estar haciendo algo, especialmente las axilas y me incomoda mucho porque me moja la ropa en verano y en invierno sudo tanto que llego a oler mal.
Tampoco me saco las zapatillas en otros lugares porque me da vergüenza.
El Dermatólogo responde:
Denominamos hiperhidrosis a la sudoración excesiva y que no necesariamente responde al calor o al ejercicio físico intensos. Las personas que la padecen llegan a transpirar tanto que empapan la ropa o acusan un aumento excesivo de sudoración en manos, pies, axilas, rostro o generalizado. Esto provoca en el paciente una acentuada incomodidad en sus tareas cotidianas y relaciones sociales que puede generar un estado de estrés emocional y cuadros clínicos de ansiedad, angustia y depresión.
Podemos distinguir dos tipos de hiperhidrosis:
- Hiperhidrosis focal primaria: en la que los nervios responsables de enviar señales a las glándulas sudoríparas se vuelven hiperactivos, sin haber sido desencadenados por una actividad física más o menos intensa o por un aumento de la temperatura ambiental. Parece ser que existen indicios de afectación heredo-familiar de variable dominancia en este tipo de patologías.
- Hiperhidrosis secundaria, menos frecuente, esta ligada a una enfermedad y suele afectar a todo el cuerpo. Los trastornos comunes que la producen pueden incluir:
- Infecciones microbianas
- Los sofocos usuales durante la menopausia o la andropausia.
- Diabetes o prediabetes.
- Trastornos del sistema nervioso
- Desorden Vestibular (Vértigo Posicional Paroxístico Benigno)
- Trastornos cardíacos
- Disfunciones endocrinas tiroideas
- Hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre)
- Algunos tipos de cáncer
- Algunos medicamentos
Según cifras de España, un 3% (más de 1 millón de españoles) padecen hiperhidrosis, y sin embargo se estima que un 70% de los pacientes con síntomas nunca busca tratamiento médico. Afortunadamente, la hiperhidrosis es controlable y su tratamiento va a variar en relación con las áreas corporales afectadas y la severidad de la misma. Se recomienda iniciarlo con las terapias menos agresivas hasta encontrar la adecuada:
- Antitranspirantes locales. El cloruro de aluminio es el más utilizado y suele aplicarse en las noches antes de acostarse retirándolo en las mañanas después del aseo. Una vez conseguido el efecto beneficioso se debe espaciar su uso pues suele producir cierto grado de irritación cutánea si se aplica en exceso.
- Medicamentos para bloquear los nervios. Ciertos medicamentos orales bloquean la comunicación nerviosa, reduciendo las órdenes de sudoración. Estos tratamientos pueden acarrear ciertos efectos secundarios como sequedad de boca, visión borrosa y problemas en la vejiga.
- Antidepresivos o tranquilizantes. Algunos medicamentos utilizados para la depresión pueden disminuir la sudoración. Adicionalmente, ayudan a reducir la ansiedad que provoca la hiperhidrosis.
- Inyecciones de toxina botulínica. El tratamiento con toxina botulínica (Bótox) bloquea temporalmente los nervios que causan sudoración. Se realizan múltiples microinyecciones en una única sesión con anestesia tópica para evitar el dolor. Los resultados suelen ser satisfactorios en un par de días. El efecto beneficioso puede durar hasta 12 meses y se recomienda repetirlo anualmente. Son tratamientos considerablemente costosos (entre $500-$1000) dependiendo de la amplitud de las zonas a tratar.
- En ciertos casos graves o resistentes a otros tratamientos, existen procedimientos quirúrgicos como la extracción de las glándulas sudoríparas o la cirugía del nervio (simpatectomía) que controla el proceso de la sudoración.